En un mundo donde la paz y la seguridad deberían ser derechos fundamentales para todos, es profundamente lamentable y perturbador enfrentar la realidad de actos de violencia que desafían toda lógica y humanidad. Nos referimos específicamente a la reciente ejecución y masacre llevada a cabo por las fuerzas terroristas de Hamas, un acto que no tiene justificación y que debe ser condenado en los términos más enérgicos posibles.

Es crucial que la comunidad internacional se una en su condena a estos actos atroces y trabaje de manera conjunta para llevar a los responsables ante la justicia. No hacerlo sería fallar no solo a las víctimas, sino también a los principios de justicia y humanidad que todos debemos defender.